lunes, 10 de diciembre de 2007

"Música" (poema sin música)

Creo en ella y sigo su curso
Sin saber dónde voy cuando ella me guía,
Mi compañera a solas y mi eterna poesía,
Llega a mí y simplemente juega, salta y vuela.

Mas hay en mí un limitante:
Una pared que se alza no sé en dónde,
Que se posa y luego se hunde en mi garganta
Y enmudece mi voz cuando ella se ríe y se mofa.

Goza moviendo cada fibra de mi cuerpo
Y lloro y me duermo en mi letargo cuando, ella,
Saliendo de un mundo mágico de extraños
Hace maravillas y luceros en cada estrofa.

Me levanto y lucho
Contra confusiones e inocentes ya perdidos,
Y ella sigue aún provocando a toda costa a cada instante
La revuelta de mi alma sin sentido y con prejuicios de coral.

Es mi verdugo y mi añoranza;
Se cobija entre las lágrimas de mi risa, sin saber,
Que voy con mi corriente y la corriente se su cauce
No siempre va contra la mía.

¿Qué haría yo sin su presencia?
Ya en la calle, ya en la vida, ya en mi alma,
Sin mi musa, sin violines y sin melodías de luz;
Jornalero, que crees en tu trabajo
Y le rindes cuentas claras pensando en tu gloria,
Dime qué harías tú bajo el yugo de su espada.

Yo fabricaría sueños y fundaría ilusiones,
Los deseos brincarían de alegría en mi mundo de algodón,
Las doncellas, zapatillas y el humo no existirían,
Sólo ella estaría en la fachada que he pintado,
Sólo ella.

¿Qué hago aquí?, le pregunto a mi amiga,
Que más que mi enemiga es amiga sin conocer, mas aún,
Me responde entre notas, rima y banda sonora,
Que sueño mares y gotitas de arena en mi cabeza.

Limpio las tinieblas de mi mente
Con su pañuelo dulcemente cobijado en mis entrañas,
Que me acorrala y me presiona el corazón,
Y así me da la puñalada más linda que jamás haya sentido.




Puedo estar lejos y ella sigue ahí
Como un Dios que está allá arriba en el que creo,
Que cada que me elevo con suspiros hechos trizas,
Se funde en los volcanes de mi umbral, de mi deseo y mi concierto.

¿Será que tengo ojos de ilusiones?
¿O será que con sus manos toca mis latidos?
Busca y encuentra sentimientos tan profundos y ruidosos
En los bullicios del citrial que hay en mi calza.

Si pecados hay en mí,
Mi pecado es tratar de poseerla;
Más bien, quererme parecer a su coraza
O a las hadas que provoca siempre cuando escucho sus pisadas.

Esa que ha nacido desde el fondo de las bóvedas humanas,
Esa que el rico y el pobre llevan,
Esa, que en los ancianos es signo de esperanza
Y en mí, es princesa elegida y coronada con laureles.

Esa que es principio y fin de mi universo,
Que sólo Dios tan perfecto pudo plasmar su copia en ella,
Ella, que es capaz de transportar el cargamento más preciado
Que en cada siervo sometido a su condena es diferente;
Música, se llama la dueña de mis letras.

por Xtiane.

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